jueves, 7 de mayo de 2015

SOLIDARIDAD (María Millán Barduzal)

Veo una sombra acercarse. Me agacho, cojo el paquete de harina, el de arroz y el de garbanzos y al levantarme veo algo que me hiela la sangre por dentro. Estoy de voluntaria en ese centro esporádico que hemos montado entre unos cuantos amigos para ayudar a gente que lo necesite; porque en esto que unos celebran este día tan especial del amor, nosotros queremos sacarle una sonrisa y ayudar a gente que viene a por algo de comer.

Pero lo que acabo de ver me ha dejado de piedra, yo no he pensado que estaría aquí, debe de ser un error. No tenía esas pintas la última vez que le vi. Ha envejecido diez años de golpe en menos de dos meses que es lo que llevamos sin vernos.

Y entonces; esa persona con la que había compartido tanto, ese que había sido mi marido, y al que sigo amando ciegamente, ya que hace solo dos meses que dejamos aquello tan bonito que teníamos, me rodea con sus brazos y con un hilo de voz ahogado en mi pelo me susurra: “Perdón, no sé en qué estaba pensando”.

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